La luna Europa de Júpiter podría tener agua cerca de la superficie
La luna de Júpiter Europa, al igual que la luna de Saturno Encélado, es un objetivo importante para la búsqueda de vida extraterrestre. Que existe un océano líquido y salado bajo su corteza de hielo parece claro desde las visitas de Voyager y Galileo. Pero para explorar esta masa de agua, los visitantes deben perforar primero al menos 20 o 30 kilómetros de hielo. ¿O tal vez no? Al menos eso es lo que sugiere un nuevo estudio basado en datos de la capa de hielo de Groenlandia, publicado en Nature Communications. Los resultados podrían aportar información sobre los procesos geofísicos que condujeron a la formación de la luna de Júpiter.
Riley Culberg, estudiante de doctorado en ingeniería eléctrica en Stanford, y sus colegas estudiaron una forma de superficie llamada cresta doble. Se trata de elevaciones casi simétricas de unos 300 metros de altura, con un valle poco profundo de unos 800 metros de ancho entre ellas. Pueden tener cientos de kilómetros de longitud y se dan en todos los sectores de Europa. Los autores identificaron una cresta doble similar en la capa de hielo del noroeste de Groenlandia con la misma geometría que en Europa. Para explorar la formación de la cresta en Groenlandia, utilizaron datos de elevación y de sondeo por radar y sugieren que se formó por una secuencia de recongelación, aumento de presión y ruptura de un umbral de agua poco profundo dentro de la capa de hielo. Los autores sugieren que si este proceso también es responsable de la formación de las crestas dobles en Europa, esto podría indicar que hay agua líquida en la capa de hielo de la luna.
«Dado que estos depósitos de agua líquida están más cerca de la superficie, donde entran en contacto con interesantes sustancias químicas procedentes del espacio, de otras lunas y de los volcanes de Io, existe la posibilidad de que la vida tenga una oportunidad aún mayor», dijo el autor principal del estudio, Dustin Schroeder, profesor asociado de geofísica en la Escuela de Ciencias de la Tierra, Energía y Medio Ambiente de la Universidad de Stanford. «Si el mecanismo que estamos viendo en Groenlandia también se da en Europa, eso sugiere que hay bolsas de agua como ésta en toda la Luna».
«Los investigadores han estado estudiando estas crestas dobles durante más de 20 años, pero esta es la primera vez que observamos algo similar en la Tierra y vemos que la naturaleza hace su magia», dijo el coautor del estudio Gregor Steinbrügge, científico planetario del Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL) de la NASA. Con los instrumentos adecuados, las sondas podrían ahora buscar activamente esas bolsas de agua y detectarlas rápidamente. Si los investigadores están en lo cierto, como admiten, «no somos más que otra hipótesis entre muchas otras, sólo que tenemos la ventaja de que nuestra hipótesis está respaldada por las observaciones de la formación de una característica similar en la Tierra», dijo Culberg.