Descubierto un nuevo candidato a exoluna
Casi todos los planetas de nuestro sistema solar -e incluso algunos planetas enanos- están orbitados por lunas. Sin embargo, en otros sistemas estelares, los astrónomos aún no han podido confirmar definitivamente la existencia de una sola luna. ¿Es porque no hay lunas allí? Ciertamente no, simplemente nuestra tecnología de observación aún no está preparada. Pero un artículo publicado en Nature Astronomy presenta ahora al menos un nuevo candidato a exoluna. Si se confirma que es un exomoon, Kepler-1708 b-i -que es 2,6 veces más grande que la Tierra- podría proporcionar una pieza que falta en el rompecabezas para entender la formación y evolución de los sistemas planetarios extrasolares.
El último candidato era Kepler-1625 b-i, un cuerpo celeste con unas 19 masas terrestres, apenas comparable a la luna de nuestra Tierra. Kepler-1708 b-i se acerca mucho más a nuestra idea de «luna». Los planetas gigantes fríos que orbitan a cierta distancia de su estrella, como Júpiter o Saturno, son el lugar preferido para la formación de lunas. Sin embargo, estos planetas son difíciles de detectar mediante el método del tránsito, el más utilizado para encontrar exoplanetas, que consiste en observar el pequeño descenso de brillo que produce un sistema planeta-luna al pasar por delante de su estrella.
David Kipping y sus colegas examinaron los exoplanetas detectados en tránsito por el telescopio espacial Kepler en busca de rastros de exomonas. Se centraron en 70 planetas gigantes gaseosos con temperaturas frías (menos de 300 Kelvin, equivalentes a unos 27 °C) que orbitan alrededor de sus respectivas estrellas a una distancia mayor que la que hay entre el Sol y la Tierra, con un periodo orbital de más de un año. Tras una rigurosa revisión, los autores sólo encontraron una señal, y fue alrededor de un exoplaneta del tamaño de Júpiter, designado como Kepler-1708 b. Esta señal se explica mejor por la existencia de una exomuna alrededor de Kepler-1708 b, designada como Kepler-1708 b-i, aunque esta señal podría seguir siendo un artefacto con una probabilidad del 1%.
Por tanto, los investigadores señalan que se necesitan más pruebas para confirmar la realidad de la señal de Kepler-1708 b-i y su condición de posible exomón. Sin embargo, entender el origen de lunas tan grandes, dicen los autores, supondrá un reto para las teorías de formación de planetas. La luna más pesada del sistema solar, Ganímedes, tiene poco más de una quincuagésima parte de la masa de la Tierra.
