Hay secretos que es mejor que no se desvelen nunca…

Nadie se ha adentrado tanto en el espacio como los cuatro astronautas de la nave Shepherd-1. El objetivo de su misión: ser testigos de la creación del cosmos. Utilizando el Sol como lente, deben alinear una bandada de sondas de tal modo que el Big Bang resulte visible.

Para Christine, la astrónoma del grupo, es un sueño hecho realidad. Sin embargo, su decepción es mayúscula cuando las primeras imágenes que captan aparecen oscurecidas por una especie de velo que impide su visión. No obstante, trabaja sin descanso para hallar una solución aunque, cuando por fin lo consigue, se topa con algo que hubiera preferido no descubrir jamás.